De esta forma, Pedro Casares, secretario general de JSS, manifestó “que de manera inexplicable, Santander es la única ciudad española que ha tardado más de tres décadas en resolver un déficit democrático que el resto del país solucionó con facilidad en la transición”.
Lamentan, también, desde JSS que finalmente el Ayuntamiento retira la estatua no por convicciones democráticas sino por el hecho puntual de que se van a acometer obras de reforma en el aparcamiento subterráneo sobre el que se asienta.
Por último, Pedro Casares animó también al Ayuntamiento de Santander para que cumpla la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Congreso de los Diputados, que obliga a la retirada de todos los símbolos franquistas y a cambiar los nombres de calles y plazas que recuerden o exalten la Dictadura, y que en Santander son más de 30.
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